Mi testimonio de conversión, gracias a la Reina de la Paz, empieza el 15 de junio de 2011 cuando decidí ir a una Jornada de Sanación que se realizaba en la Comunidad Apóstoles de María Reina de la Paz. Era la primera vez que iba y quedé sorprendida no solo con las instalaciones y la cantidad de gente que asistió un día de semana, sino – sobre todo – con una gigantografía que decía: “30 años de apariciones diarias de la Virgen en Medjugorje” ¡¿Dónde estuve yo esos 30 años?! Hasta ese momento me dejé impresionar por lo exterior, y regresé con unas amigas el 25 que celebraban el aniversario de las apariciones. Ese día también hubo muchísima gente, lo que me impidió llegar hasta el Altar y ver el rostro de la Virgen que se encontraba allí. Desde muy atrás escuché con gran atención los testimonios del Sr. Murdoch y Leticia Blanco, que despertaron en mí una gran curiosidad por saber más de Medjugorje.

Ese día cayó en mis manos un boletín de la Comunidad donde anunciaban que todos los Primeros Sábados de mes reparaban el Inmaculado Corazón de María, y decidí regresar el 2 de julio, esta vez iría más temprano con la esperanza de poder sentarme en primera fila. Guarde el boletín y no lo volví a ver sino hasta ese sábado antes de salir de mi casa, cuando caí en cuenta que en la carátula había un mensaje de la Virgen: “¡Queridos hijos! Mi oración hoy es para todos ustedes que buscan la gracia de la conversión. Llaman a la puerta de mi Corazón, pero sin esperanza ni oración, en el pecado, y sin el sacramento de la Reconciliación con Dios. Abandonen el pecado y decídanse, hijitos, por la santidad. Solamente así puedo ayudarlos y escuchar vuestras oraciones e interceder ante el Altísimo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”.

¡El mensa je me cayó directo! yo estaba buscando un nuevo acercamiento con Jesús, tenía años alejada de Él después de haber participado tan activamente en mi parroquia, pero quería algo light, cómodo, sin que implique renuncia ni compromiso. Con este mensaje de la Virgen en mi mente llegué a la Capilla, y para sorpresa mía ¡no había nadie! Así es que, finalmente, tuve la oportunidad de ver de cerca el rostro de la Virgen, con mucha emoción me arrodillé, levanté la mirada y me encontré con Sus ojos, ¡sentí como Su miraba penetraba hasta lo más profundo de mi ser! ¡fue fulminante!

Cada día que pasaba sentía que me pedía que fuera dócil, que me dejara llevar por Ella…y así lo hice… primero fue mi preparación para renovar mis votos bautismales mediante el Tratado de la Verdadera Devoción de San Luis Griñón de Monfort, un librito del cual nunca había escuchado hablar y ¡fue la manera más maravillosa de comenzar a enamorarme de Ella! El 7 de octubre de 2011 me consagré a Jesús a través de María en la Capilla de la Comunidad, y ¡el 22 me regaló la oportunidad de estar presente en una de Sus apariciones a Marija Pavlovic en Guayaquil, Ecuador! fue simplemente sobrenatural…el silencio profundo, el olor a rosas, la brisa…sentir Su presencia …una experiencia demasiado intensa que despertó en mí la imperiosa necesidad de compartir con todos este gozo, esta realidad, esta  verdad.

¡Era más grande que yo el deseo de salir a contar a todos sobre Medjugorje, los mensajes de la Virgen, la Comunidad, mi experiencia de haber estado en una aparición! Quería comunicar a viva voz que Ella está entre nosotros, que nos necesita y que está urgida en llevarnos a todos a Su Hijo. Mi vida durante ese año cambió notablemente comencé a ir a Misa casi todos los días, a rezar el Rosario, asistir a las Jornadas de Oración de la Comunidad, a participar en el apostolado de “Sembrando Rosarios” y a leer cuanto libro Mariano podía.

Ir a Medjugorje no estaba en mis planes, era un sueño lejano, imposible de hacer realidad, pero sí estaba en los planes de la Virgen María llevarme de peregrinación con otros miembros de la Comunidad. Así al año exacto de mi consagración,  el 7.10.12, me encontraba sentada en la Capilla privada de Marija en Medjugorje ¡Qué privilegio inmerecido! ¡qué honor el mío el haber tenido la oportunidad de vivir una semana en Medjugorje!¡fue como tocar el paraíso! indescriptible lo vivido al ir subiendo en oración la Colina de las Apariciones!, al escuchar mi voz unida a la de miles de peregrinos mientras rezábamos juntos con devoción los Aves Marías de un Rosario, el estar presente en la aparición del 2 donde Ella pidió en su mensaje “Apóstoles de Corazón Puro”!!

Medjugorje es y será para mí sinónimo del amor de Dios Padre, de poner a Dios en primer lugar en tu vida, de orar con el corazón, de sanación, de compromiso, de testimonio de vida, de servicio a los demás, de decisión diaria en continuar subiendo con firmeza la montaña de la conversión y, sobre todo, de un profundo agradecimiento a María por ser el canal de “mi reencuentro con Jesús”.

 

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