A pesar de ser ciega y no poder ver el mundo que la rodea, la suiza Bernarda Brunovic está muy agradecida a Dios por el don de la vida y la vive en plenitud. Estudia Teología y es aficionada al canto. Viene con frecuencia a Medjugorje, especialmente para el Festival de la Juventud. "La fe ha ocupado siempre un lugar prioritario en mi vida. No se puede hacer nada sin Dios. Los jóvenes no deberían avergonzarse de decir que son creyentes, ya que todo los que están de Su lado están en el buen camino. Esta es mi sexta visita a Medjugorje y la quinta vez que participo en el Festival de la Juventud. He hecho muchas peregrinaciones y yo diría que Tierra Santa ha sido la más especial para mí, seguida de Medjugorje. Aquí se siente paz y la presencia de nuestra Madre del Cielo. Muchísimos jóvenes de todo el mundo se reúnen en este lugar y a pesar de hablar distintos idiomas, todos nos entendemos. El amor que aquí se vive no se puede describir", declaraba Bernarda.
 

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