Tras ocho días de marcha, llegaron a Medjugorje el matrimonio romano compuesto por Guido y Livia acompañado por sus amigos, Mauricio y Mario.

Comenzaron su peregrinación en el Santuario de la Divina Misericordia de Roma, pasando por el Vaticano, Pescara, Ancona, Split, Makarska y Humac, donde se unieron a la tradicional Marcha por la Paz junto con muchos otros peregrinos. Guido declaró que es la cuarta vez que peregrina a pie con su esposa hasta Medjugorje y que tomaron esta decisión tras haber venido muchas otras veces con grupos organizados. Se dieron cuenta de que esta es la verdadera manera de hacer una peregrinación, lo que les movió a hacerla de este modo particular. Su objetivo era la de ofrecérsela a la Virgen por sus intenciones y venir a Ella, tan presente, tan viva y tan cercana a ellos en este lugar.

Nos hacían las siguientes declaraciones: "íbamos rezando mientras caminábamos. Fueron muchas las dificultades, ya que no estamos acostumbrados a caminar esas distancias tan largas. Nos impresionaba comprobar lo que se sorprendía la gente al conocer lo que hacíamos y pudimos sentir su amor, su cercanía y su bendición. Nos hemos encontrado con María aquí, en Medjugorje, y es Ella la que guía nuestras vidas. Cuando venimos y vemos a miles de personas de rodillas ante el Santísimo, percibimos que la realidad espiritual es mucho mayor que la terrena."

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