La Santísima Virgen María, presenta a Jesús Pan de vida, como el verdadero manjar que alivia nuestra alma, al recibir a Jesús Eucaristía en el Banquete, ella mismo se ofrece como víctima de amor para recibir todas nuestras preocupaciones, es decir que María nos pide depositar en ella todas las tribulaciones, miedos, angustias, para que nuestro encuentro con Jesús Pan de vida sea lleno de Paz. Ella mismo lo dice “para que me den sus preocupaciones” claramente notamos el poder de la intercesión y del amor maternal de la Reina de la Paz que simplemente sabe amar con el corazón.

Al mismo tiempo nos invita a orar, para no caer en la pereza eucarística y fortalecer el eje transversal de nuestra vida como lo es la fe. Ella lo dice “la oración les da la fuerza para la lucha interior”, María está preocupada porque el enemigo sigue tentando nuestra espiritualidad pero también cree en la fuerza de la oración para vencer toda clase de tentaciones;  por lo tanto es una invitación a seguir doblando rodillas ante el Santísimo Sacramento y con el Rosario en la mano para combatir las tentaciones del demonio que nos alejan de Dios.

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