LA VIRGEN MARÍA NOS ANIMA A CONTINUAR NUESTRO APOSTOLADO

Palabras conclusivas del P. Francisco Verar

 

Muy queridos hermanos y hermanas congresistas:

¡Sean alabados los Sagrados Corazones de Jesús y de María Reina de la Paz!

 

  1. Quienes participamos del IV Congreso Iberoamericano de Centros y Grupos de Oración de María Reina de la Paz, conscientes somos de las innumerables gracias que el Señor y Su Santísima Madre, derramaron en nosotros desde el primer instante que inició el evento. Los hermosos detalles de estas bendiciones, francamente, son incalculables. Sin embargo, a juicio de este servidor, se resalta que fueron significativos: los momentos de oración, de las liturgias, las enseñanzas impartidas de los sacerdotes, el compartir nuestros apostolados fecundos, y —quizá como nunca antes—, la FRATERNIZACIÓN que fortaleció la unidad de vivir y trabajar juntos por la espiritualidad de María Reina de la Paz. Ahora nos corresponde —como decimos al término de una peregrinación en Medjugorje—: conservar la gracia recibida y permanecer unidos en el amor y vivencia de los mensajes de nuestra Madre.

 

  1. Agradezco de corazón los esfuerzos del equipo organizador, a los sacerdotes que nos instruyeron y ofrecieron su ministerio al servicio del Congreso, al ministerio de música y a cuantos pusieron su granito de arena para que este evento diera los frutos que todos presenciamos. Por otro lado, sería recomendable considerar, con especial atención, los dos últimos mensajes que la Madre ha dado, toda vez que las mejores y más atinadas reflexiones y conclusiones del Congreso, serán siempre las que nos vienen del Cielo.

 

  1. En el mensaje del 25 de enero la Virgen nos dijo: «Queridos hijos: oren, oren, oren para que el reflejo de su oración influya en las personas que encuentren. Pongan en sus familias la Sagrada Escritura en un lugar visible y léanla, para que esas palabras de paz fluyan en sus corazones. Oro con ustedes y por ustedes, hijitos, para que día tras día estén aún más abiertos a la voluntad de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!». A la luz de este mensaje, tomemos en cuenta que nuestro primer compromiso como Congresistas debe ser siempre la ORACIÓN. ¡No se olvide que la Madre nos quiere cada día a los pies de Jesús! Debemos orar siempre y en todo lugar. Y para cumplir con este objetivo, sería bueno observar dos actitudes: no racionalizar el mensaje de la Virgen y vencer el activismo, porque si pensamos que la Virgen no nos habla a nosotros, porque ya oramos lo suficiente, dejaremos de examinar nuestra vida de oración que podría mejorar. Y si pensamos que no es necesario aumentar nuestras oraciones, también podríamos errar. Por lo que es probable, que lo que más se oponga a acoger las palabras de María sea nuestra propia manera de ver las cosas; lo que cito como racionalismo y que no permite obedecer a la Madre. Entonces, para responder a la Virgen y mejorar nuestra oración hay que ser siempre pequeños, ser como niños o infantes delante de María y aceptar que podemos mejorar nuestro trato amistoso con el Señor.

 

  1. En cuanto al activismo —diferente a la virtud de la diligencia— es enemigo de la vida espiritual, toda vez que destruye la obra de Dios en nosotros y expulsa del corazón el Espíritu Santo que se adquiere por la oración y el ayuno. Luego es importante, para poder obrar como la Madre desea, cambiar nuestros estilos de vida y que cada día nuestro con la Santísima Trinidad ocupe el primer lugar. Por lo cual es importante elaborar un plan de vida personal y familiar que incluya diariamente largos ratos de oración a solas con el Señor. Para Teresa de Ávila orar es: «tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama».

 

  1. También la Madre ha dicho que nuestra vida de oración debe INFLUIR en las personas que encontramos. Es decir, que debe transmitir el «REFLEJO» propio de la SANTIDAD de Dios. Esta parte del mensaje quizá es la más significativa, toda vez que nos lleva a cuestionar si hacemos correctamente nuestra oración, si ésta interviene positivamente en los demás. De no ser así ¿cuál es la oración capaz de «influir» en la vida de los otros? Sin lugar a dudas: la que se hace con el corazón; la que no es mecánica, cuando se pronuncian palabras que no se sienten en el corazón, o lo que es peor: cuando se reza y no se le abre el corazón a Dios. Esta clase de oración jamás podrá influir en los demás, sencillamente, porque de esta manera el corazón no cambia. Por lo tanto, para influir en los demás hay que orar con el corazón y cambiar.

 

  1. También la Virgen recuerda en el mensaje, leer y meditar la Biblia en familia, y que, a través de ella se busque la voluntad de Dios. Intención permanente de la Madre por sus hijos.

 

  1. Además, queridos hermanos y hermanas, recordemos el hermoso mensaje del 2 de febrero; justo cuando concluíamos nuestro Congreso; broche de oro: « ¡Queridos hijos!, con amor materno, quiero enseñarles la honestidad, porque quiero que, en vuestra labor como mis apóstoles, sean correctos, decididos, y sobre todo honestos. Deseo que con la gracia de Dios estén abiertos a la bendición. Deseo que con el ayuno y la oración obtengan, del Padre Celestial, el conocimiento de lo natural, de lo sagrado-Divino. Llenos del conocimiento y bajo la protección de Mi Hijo y la Mía, serán mis apóstoles que sabrán difundir la Palabra de Dios a todos aquellos que no la conocen y sabrán superar los obstáculos que se les interpongan en el camino. Hijos míos, con la bendición, la gracia de Dios descenderá sobre ustedes, y ustedes podrán conservarla con el ayuno, la oración, la purificación y con la reconciliación. Ustedes tendrán la eficacia que pido de ustedes. Oren por sus pastores para que el rayo de la gracia de Dios ilumine sus caminos. ¡Les agradezco!»

 

  1. Sin que se pueda afirmar que la Madre haya hablado exclusivamente para nosotros, es obvio que sus palabras resuenan en los congresistas. ¡No se olvide! Obsérvese que en primer lugar, habla de una virtud que identifica a los apóstoles suyos: la HONESTIDAD. También dice: SEAN CORRECTOS Y DECIDIDOS, Y SOBRE TODO, HONESTOS. Entonces, la HONESTIDAD, vendrá a ser la reina de las virtudes del apostolado de María Reina de la Paz y si no se desarrolla esa virtud no habrá frutos. Recuérdese que los frutos no se miden por la cantidad de artículos religiosos que se vendan ni por la cantidad de actividades que se hagan, sino por tomar en serio la santidad, y sin HONESTIDAD no avanzamos.

 

  1. También la Madre habla de estar “abiertos a la Bendición con la gracia de Dios”, lo que recuerda que quien lleva directamente las obras apostólicas es el mismo Dios y no nosotros, y Su gracia se puede perder con el pecado y la deshonestidad. Por lo cual no podemos olvidar la Confesión, la Comunión, tener un padre espiritual y tomar con seriedad el llamado a la conversión.

 

  1. La tercera parte del mensaje menciona: «Deseo que con el ayuno y la oración obtengan, del Padre Celestial, el conocimiento de lo natural, de lo sagrado-Divino. Llenos del conocimiento y bajo la protección de Mi Hijo y la Mía, serán mis apóstoles que sabrán difundir la Palabra de Dios a todos aquellos que no la conocen y sabrán superar los obstáculos que se les interpongan en el camino.» Como se observa se habla de algo sumamente importante para nosotros: adquirir el «conocimiento» natural, de lo sagrado-Divino, por medio del ayuno y la oración. ¿A qué «conocimiento» se refiere la Gospa?

 

  1. Pienso que el «conocimiento» al que María se refiere, es fundamental para nuestros apostolados, específicos y el común. El apostolado específico es el que Dios nos ha inspirado en nuestros países, parroquias, diócesis y comunidades; si bien con elementos afines a la espiritualidad de Medjugorje. El común, por el contrario, es el que viene directamente de María Reina de la Paz y que nos une a todos. Pero adviértase que para ejercer eficazmente ambos apostolados, la adquisición  del «conocimiento» de lo natural y de lo sagrado-Divino, es determinante, es esencial. Toda vez que la obra no es nuestra sino de Dios, y el «conocimiento» que se debe adquirir es el Suyo, que la Madre lo llama también natural y sagrado-Divino. Natural porque es a fin a nuestra condición humana; ni angélico ni preternatural. Y sagrado-Divino porque viene de Dios; en Él tiene su origen. Y se adquiere con el ayuno y la oración.

 

  1. La cuarte parte del mensaje también es una gran herramienta para nuestros Centros y Grupos de Oración. Dice la Madre: «Llenos del conocimiento y bajo la protección de Mi Hijo y la Mía, serán mis apóstoles que sabrán difundir la Palabra de Dios a todos aquellos que no la conocen y sabrán superar los obstáculos que se les interpongan en el camino.» Esta parte del mensaje recuerda que en todo apostolado primea la evangelización: difundir la Palabra de Dios; como hicieron Jesús y los Apóstoles. Por lo tanto, la Madre quiere que evangelicemos con la Iglesia y con los planes pastorales diocesanos y parroquiales y que no seamos islas, que integremos nuestro carisma a los ya existentes y los proyectos de la nueva evangelización y de la Misión Continental. Con el ayuno y la oración, y llenos del conocimiento natural y Divino, Jesús y María nos protegerán de los obstáculos que encontraremos. La Madre quiere que confiemos en Su Hijo y en Su permanente intercesión.

 

  1. Al final, la Virgen dice además algo muy concreto que podría servir de colofón de nuestro IV Congreso: «Hijos míos, con la bendición, la gracia de Dios descenderá sobre ustedes, y ustedes podrán conservarla con el ayuno, la oración, la purificación y con la reconciliación. Ustedes tendrán la eficacia que pido de ustedes.» La Bendición de Dios, sin lugar a dudas, ha descendido con este Congreso: Dios colmó nuestros corazones de paz, amor, alegría y fraternidad, y selló el compromiso con Su santa Bendición. Ahora queda poner de nuestra parte y que las gracias recibidas no caigan en costal roto. Para ello, obsérvese con humildad, que el mensaje advierte que para conservar la gracia de Dios, es necesario practicar cuatro cosas: ayunar, orar, purificar el corazón y practicar la reconciliación.

 

  1. Sobre el ayuno y la oración ya reflexionamos, pero quedan aún otras dos «piedritas» que no se pueden pasar por alto. El concepto de purificación en la vida espiritual, está relacionado a la transformación que Dios hace en el alma del justo a través de las pruebas, la ascesis, el combate espiritual, la penitencia, la oración, las obras de apostolado y el trabajo cotidiano, toda vez que los inconvenientes que puedan causar dolor y desánimos en el diario vivir, servirán, con la gracia de Dios, para beneficio del alma. En otras palabras, la Madre invita a sus hijos a que acojan con amor cuanto pueda resultar doloroso, difícil, arduo, embarazoso, incomodo… Porque la sabia pedagogía divina se sirve de ello para hacernos más virtuosos: «Todo contribuye al bien para los que aman a Dios »(Rm. 8, 28).

 

  1. También la Madre ha dicho, en relación a la cuarta «piedrita» de este mensaje, que para conservar la gracia, se debe practicar la reconciliación. En esta ocasión no se refiere al sacramento de la penitencia sino al acto de ponerse en paz consigo mismo y con el prójimo. Se habla frecuentemente en los Centros de paz y grupos de oración de 5 «piedritas» que derriban los Goliats que se interponen en el camino. Pero lo cierto es, que la Madre nunca ha hablado de ellas; si bien resumen algunos mensajes sobresalientes que ha dado. Esto se debe aclarar  para no caer en el engaño que si se practican estas 5 «piedritas» ya cumple con la espiritualidad de Medjugorje. Obsérvese, que en el mensaje de este 2 de mes, la Madre ha mencionado otras «piedritas» diferentes, porque habla de la purificación y de la reconciliación.

 

  1. A veces es más fácil pasar tres horas en el Santísimo, ir a Misa todos los días que ir en busca de una persona para humillarse y buscar la reconciliación. Adviértase que la Madre en el mensaje no habla de perdonar o pedir perdón, sino de RECONCILIACIÓN, que es más profundo. Porque una persona puede humillarse y perdonar, sin llegar a reconciliarse plenamente con quien tiene enemistad. Se destaca que la palabra RECONCILIACIÓN —utilizada por la Virgen— literalmente significa: «volver  a la conciliación», «volver a la armonía», «volver a ser lo que se era antes de un pleito, de un altercado o de una discusión». RECONCILIACIÓN, entonces, es más que perdonar o pedir perdón. ES VOLVER A SER LO QUE SE ERA ANTES DE LA DESAVENENCIA. De esta manera se conserva la paz y se construye la paz. De esta manera, igualmente, la gracia de Dios permanece en el corazón. Entonces, un aspecto esencial de la espiritualidad de Medjugorje es asumir la espiritualidad de la RECONCILIACIÓN. Recuérdese, asimismo, que la primera vez que la Virgen habló en Medjugorje —26 de junio de 1981—, mencionó que la paz se construye por medio de la RECONCILIACIÓN. Sus palabras fueron: «Paz, paz y sólo la paz. Reconcíliense. Reconcíliense con Dios y entre ustedes. Para lograr esto es necesario creer, orar, ayunar y confesarse.» Entonces, en el programa de vida que la Madre presenta en Medjugorje el ejercicio de la RECONCILIACIÓN ES FUNDAMENTAL Y ES FRECUENTE. ¡Atención con delimitar los mensajes de la Gospa a «5 piedritas», cuando son cientos! Y propongo, como pasos esenciales para vivir LA RECONCILIACIÓN: la humildad, el diálogo profundo, el perdón y la sanación interior en el amor de Dios.

 

  1. Oremos: ¡Ven Espíritu Santo y enciende con Tu luz nuestros pobres y mezquinos corazones! ¡Ven Espíritu Santo y abrázanos con Tu amor! ¡Ven Espíritu Santo y enséñanos a orar, enséñanos a pedir perdón y que dejemos nuestro orgullo! Con el orgullo estropeamos el proyecto de María, con el orgullo destruimos lo bello y noble que haces en nosotros. Oh Espíritu Santo, haz que no seamos cobardes y que busquemos a los hermanos y hermanas con quienes tenemos desavenencias, que triunfen las palabras de Jesús en nuestro corazón: «Si recuerdas que un hermano tiene queja contra ti, ve primero a reconciliarte con él y luego presenta tu ofrenda» Jesús imprime en mi corazón que antes de acudir al templo debo reconciliarme, abrirme al amor, a la paz de mi corazón; de lo contrario perderé la gracia. ¡Ven Espíritu Santo y hazme humilde: tienes el poder para hacerlo, confío en Ti, en Tu amor, en Tu ayuda! ¡Ven Espíritu Santo!
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