25 de marzo de 2000

Nuevamente saludo a todos los que esperan y meditan los mensajes de María en Medjugorje, y tratan de incorporarlos en su vida diaria. Antes de considerar este último mensaje, quiero recordarles a todos ustedes aquello que María nos dijo en el mensaje de febrero de 2000. En aquel mensaje se mencionan tres puntos principales, que nos despertemos del sueño de incredulidad y de pecado porque este es un tiempo de gracia, que oremos por la sanación de los corazones para que seamos capaces de mirar a Dios y a las demás personas con nuestro corazón, que oremos por aquellos que no han experimentado el amor de Dios, para que lo experimenten, y que con nuestras vidas podamos mostrar a los demás el inmenso amor de Dios hacia nosotros.

La falta de fe y cada pecado que cometemos son esencialmente algo real. Debemos pensar en las palabras de Jesús tomadas de los profetas: "Este pueblo tiene ojos, pero no puede ver, tiene oídos y no puede escuchar." Esto se refiere a la ceguera y a la sordera interior. Este tiempo de las apariciones, este tiempo de la Cuaresma son tiempos de gracia en donde debemos despertar, trabajemos esto durante la Cuaresma especialmente porque aceptamos los mensajes de María y creemos que es Ella la que nos habla. Esta es nuestra verdadera misión, de la que nunca nos vamos a cansar y en la que debemos permanecer despiertos para seguir buscando en qué debemos despertar y dónde permanecemos dormidos. El sueño viene fácilmente cuando no somos capaces de ver cuales son las relaciones con los demás que no funcionan. Siempre vemos y esperamos aquello que los demás deben hacer por nosotros, y cuando no lo hacen permanecemos heridos y así permitimos tener un comportamiento pecaminoso hacia ellos. La verdadera forma de permanecer despiertos con el corazón comienza cuando empezamos a ver lo que hacemos por o contra los demás. Junto con esta actitud viene la humildad, porque solamente cuando somos capaces de pedir perdón y reconciliarnos, cuando tenemos amor y humildad, podremos vivir en paz. Todos tenemos heridas porque esperamos mucho de los demás, pero al mismo tiempo no estamos dispuestos a dar a los demás lo que ellos esperan de nosotros. Es por ello que permanecemos heridos y por causa de nuestras heridas hacemos el mal o justificamos nuestro pecado.

Cada uno de nosotros necesita la sanación del corazón para poder ver a Dios y a los que nos rodean con nuestro corazón. Entonces surge la pregunta que debemos hacernos, "¿Cómo veo a los demás?". Puedo ver a los demás con los ojos del amor, misericordia y bondad y al hacerlo crear siempre buenas relaciones o puedo verlos con los ojos del egoísmo, orgullo, envidia, pereza y dependencia y al hacerlo siempre tendré motivo para juzgar o quejarme de los demás. ¿Cuántas veces hemos hecho sentir mal a los demás por nuestro orgullo y nuestro egoísmo? ¿Cuántas veces nos comportamos así en vez de decir "Fui un egoísta", y esperamos esto o aquello de los demás, y porque no hacen lo que esperamos, los consideramos malos?. Simplemente tendría que haber dicho que era orgulloso y egoísta. Si vemos a los demás con amor, los veremos principalmente como personas, y luego quizás sus pecados.

La otra pregunta es ¿Cómo veo a Dios?. Podemos ver a Dios solamente cuando esperamos algo de Él y así nuestras oraciones son egoístas porque Le pedimos que haga algo por nosotros. Si vemos a Dios solamente de esta forma muy pronto tendremos problemas con Él y nos quejaremos de Él y lo acusaremos por todo lo que no está saliendo bien. Pero también podemos ver a Dios de la forma en que María nos enseña en un mensaje, "Busquen a Dios no porque necesitan algo sino porque Él los ama." Esto es una verdadera sanación.

El tercer punto es que nuestra misión es orar siempre para que aquellos que nunca han experimentado el amor de Dios, puedan también experimentarlo porque solo el amor puede llevarnos a una nueva relación con Dios y con los demás. Y no solo nuestras oraciones, sino también nuestro ejemplo son obligatorios, porque nuestras vidas tienen que ayudar a los demás a descubrir a Dios y su inmenso amor por nosotros. Oremos sin cesar por ello.

Con respecto a los videntes, solo podemos decir lo siguiente: Vicka se encuentra aquí en su casa y habla sin descanso con los peregrinos, estamos esperando a Iván que en pocos días vendrá a Medjugorje con su esposa y sus dos hijos. Ivanka y Jakov también se encuentran aquí con sus familias. Marija se encuentra aquí desde el 18 de marzo con sus hijos, mientras que Mirjana y su familia también están aquí. Mirjana tuvo su aparición anual el 18 de marzo, María ya le había anunciado el 2 de marzo que se aparecería el 18 de marzo a las 10.00. Las oraciones se realizaron en la Comunidad del Cenaculo y vino una gran cantidad de personas se reunieron para orar. A las 10.55 apareció María y se quedó unos cinco minutos. Mirjana nos dijo que María oró por cada uno y bendijo a cada uno, y Mirjana encomendó especialmente a los enfermos. Esta vez, María no habló sobre los secretos pero nos dio un mensaje.

"¡Queridos hijos! No busquen inútilmente la paz y la felicidad en los lugares equivocados y en las cosas equivocadas. No permitan que vuestros corazones sean duros amando la vanidad. Invoquen el nombre de mi Hijo. Recíbanlo a Él en vuestro corazón. Sólo en nombre de mi Hijo experimentarán en vuestro corazón la verdadera felicidad y la verdadera paz. Sólo así podrán conocer el amor de Dios y continuar difundiéndolo. Los invito a que sean mis apóstoles."

En este mensaje nuevamente se refiere a nuestra búsqueda de paz y felicidad en los lugares equivocados y en las cosas equivocadas, siempre se refiere al llamado a nuestra conversión. Es por ello que es importante llegar a ver dónde estamos buscando realmente nuestra felicidad, nuestra suerte y nuestra paz. El reconocer dónde estamos buscando esto y el cambiar esto es también una gracia. Nuestros corazones se vuelven duros fácilmente cuando nos volcamos hacia el mundo y esto ocurre porque amamos el mundo. Por este motivo muchas veces no escuchamos lo que Dios nos dice y no podemos entender porqué las personas se vuelven a Dios y se abren a Él solo cuando están pasando un momento difícil o cuando han llegado al final del camino. Solo cuando nos golpeamos fuertemente contra la pared comenzamos a pensar en verdad.

María nos dice que invoquemos el nombre de Jesús, Su nombre, la persona. San Pablo nos dice: "Con este nombre estamos salvados". Quienquiera que sea capaz de decir "Jesús es mi Señor" pertenece a Él. Debemos llevar a Jesús a nuestros corazones, porque solo así podremos experimentar la verdadera paz y también el amor infinito de Dios.

María nos invita a que seamos sus apóstoles. Uno no puede esconder el amor porque el amor guía nuestras vidas, en el comportamiento más que con las palabras, los demás podrán reconocer el amor, porque si decimos cosas lindas pero actuamos de forma diferente, no seremos creíbles. Prestemos más atención, ahora y durante lo que queda del año, adónde buscamos nuestra paz y nuestra felicidad. Deberíamos pedir a Dios y a Su Luz que nos muestren qué cosas y lugares debemos dejar y lugares y cosas buenas elegir para encontrar la paz y la felicidad. Quizás también podemos unir esta intención a este Año del Jubileo, en donde la Iglesia nos invita a viajar a lugares santos y a los lugares donde se nos promete la indulgencia plenaria. Este es un tiempo de gracia, tal como permanentemente nos lo recuerda María, y no debemos evitar esta gracia que Dios, en Su bondad y en Su amor, nos da de regalo.

Nuevamente tenemos las grandes masas de peregrinos que vuelven a Medjugorje, y actualmente hay peregrinos de todas partes del mundo especialmente en la Fiesta de la Anunciación. En este momento hay alrededor de 700 peregrinos provenientes de Hungría y muchos de Rumania, la República Checa, muchos de Francia, Austria, Alemania, Italia, Irlanda, Norteamérica y también un grupo grande de Croacia que vinieron espontáneamente porque se han dado cuenta que su país nuevamente necesita de la ayuda de Nuestra señora.

María nuevamente nos da su mensaje del 25 repitiendo cosas que ya ha dicho con anterioridad.

OREN Y APROVECHEN ESTE TIEMPO

Está claro que en casi todos los mensajes María no invita a la oración. Ella también dice "oren y aprovechen este tiempo" en su mensaje del mes de marzo. Yo creo que si Ella dice esto tan a menudo, deberíamos tomarlo en serio e ignorar todas las excusas que podamos encontrar para no orar. Ciertamente María sabe porqué dice estas palabras tan a menudo, aún cuando nosotros no sabemos porqué, deberíamos ser capaces de escucharlas y aceptarlas. En este sentido, es muy importante que aceptemos a María como nuestra Madre, porque todo niño bueno, aún sin comprender porqué, hace lo que su madre le dice. Espero que todos nosotros hayamos aprendido que solo podremos comprender las cosas cuando comenzamos a hacerlas. Debemos preguntarnos ¿Qué hacemos con nuestro tiempo? ¿Para qué usamos nuestro tiempo? Frecuentemente decimos y acertadamente que "el tiempo vale oro", también podemos decir que "el tiempo es una gracia". El tiempo perdido es entonces gracia perdida. ¿Qué ocurre con nuestro tiempo respecto de la oración? Muchas personas se quejan de que no tienen mucho tiempo para la oración y por lo tanto no oran u oran muy poco. El tiempo no es el problema. La clave para utilizar correctamente este tiempo no es las horas sino el amor. Una vez que sabemos en qué usamos más el tiempo, sabremos también a quien estamos amando. En el proceso de conversión, deberíamos examinar nuestro uso del tiempo. Un sacerdote habló sobre el tiempo diciendo: si usted trabaja diez horas, aún le quedan catorce horas. Si usted duerme ocho horas, aún quedan otras seis horas. Si necesita para comer otras dos horas, aún quedan cuatro horas. Si usted mira televisión durante dos horas, entonces le quedan dos horas. ¿Acaso no puede usted usar esas dos horas que le quedan para la oración? Siempre hay tiempo, pero en qué lo usamos depende del amor. Aprovechen este tiempo…

PORQUE ESTE ES UN TIEMPO DE GRACIA

Esta expresión puede considerarse desde dos puntos de vista. En primer lugar, desde el inicio de las apariciones hasta la fecha, este ha sido un gran tiempo de gracia para esta Parroquia y para cada uno de los miles de peregrinos que han recuperado la fe o que se han decidido más fácilmente por la oración, el ayuno, las Santa Misa y la Confesión. Pero por otro lado, estamos en la Cuaresma y de acuerdo con la Liturgia de la Iglesia, estamos llamados a utilizar este tiempo para convertirnos nuevamente haciendo actos de penitencia. Este es un tiempo de gracia. Desde la perspectiva de Dios, todo tiempo es tiempo de gracia. Dios nos ama y quiere darnos grandes dones. Desde Su perspectiva, no hay un momento mejor o peor porque Él siempre está dispuesto a dar, pero desde nuestra perspectiva, podemos hablar de tiempos de gracia porque estamos más abiertos. Un tiempo de gracia, desde nuestra perspectiva, es también un tiempo en el que debemos sufrir, porque frecuentemente el sufrimiento nos hace ver claramente aquello que estamos haciendo mal y luego nos volvemos hacia Dios y nos convertimos. Pero también oremos para que cada uno de nosotros, y todas las personas, acepten este tiempo de gracia. Al mismo tiempo, al ser el Año del Jubileo, el año en que el Santo Padre en Roma nos ha dicho a todos nosotros que este es un Año de Gracia, existen diferentes ciudades e iglesias donde los creyentes, cumpliendo las condiciones, pueden alcanzar las indulgencias plenarias. Este es un tiempo de gracia si oramos y como dice el Papa, si deseamos y oramos por la reconciliación dentro de la Iglesia y entre todas las Iglesias Cristianas y todas las religiones. María dice…

YO ESTOY CON USTEDES

Todos sabemos muy bien que todos los mensajes que han sido dado en Medjugorje piden "paz", conviértanse, oren, hagan ayuno, crean, amen, reconcíliense o se menciona el Rosario, la Santa Misa, la Confesión, la lectura de la Biblia. Todo esta ha sido tomado de la Biblia o de la tradición Católica, así que el mensaje de este mes no dice nada nuevo. Nosotros podemos hacer todo esto, pero el mensaje nuevo es que María está presente aquí en Medjugorje. Ella ha estado aquí con nosotros 18 años y 9 meses a través de Sus apariciones diarias, y a través de Sus mensajes semanales y luego mensual. Para muchos que observan a Medjugorje desde afuera, es un verdadero problema, porque se preguntan ¿porqué María se ha quedado durante tanto tiempo y porqué se aparece todos los días, podemos creer esto? Para nosotros que creemos que María se sigue apareciendo aquí, el mensaje especial es Su presencia aquí y la gracia especial que Dios no ha dado durante todo este tiempo a través de la presencia de María. En la Biblia uno encuentra las palabras "Estoy con ustedes, no teman" unas 365 veces. Jesús decía esto con frecuencia y también después de la Resurrección cuando dice, "la paz esté con ustedes, no teman, soy Yo". El hombre necesita la presencia de Dios, de lo contrario permanece con miedo. María es la Madre de Jesús, la Madre del Emanuel, y así la madre de Dios "que está con nosotros", es por eso que Ella también puede hablar de esta presencia. Ella está con nosotros como madre. Solo se puede explicar Medjugorge a través de la presencia de María. No se puede explicar de otra forma. Cuando alguien trata de explicar Medjugorje de alguna otra forma, pronto se ve enredado en situaciones imposibles. Si alguien trata de explicar Medjugorje como debido a la desobediencia, o mentiras o algún tipo de manipulación, pronto llega al final sin salida. Existen muchos frutos buenos que hablan de la realidad de la presencia de María, y ninguna manipulación ha traído ni traerá ninguno de estos frutos buenos. Estos frutos buenos son el criterio fundamental. Hay personas que actúan y escriben en contra de Medjugorje, hasta una persona ha dicho que las conversiones en Medjugorje ocurren en base a nada. Si uno piensa o cree eso, uno inmediatamente se pregunta como es posible que algo bueno surja en base a nada. María está con nosotros y por ello queremos dar las gracias. Luego María dice…

YO INTERCEDO POR CADA UNO DE USTEDES ANTE DIOS

…Nosotros ya sabemos que María es nuestra Madre y nuestra Intercesora, y que Ella nos ayuda al orar por nosotros. Ella es una poderosa intercesora y la es para cada uno de nosotros. Si la vemos como la nueva Eva, como la mujer que lucha contra Satanás, podemos decir lo siguiente: Satanás acusa a los hermanos, así lo dice la Biblia, pero María hace exactamente lo contrario, Ella nos ayuda e intercede por nosotros. Ella sabe que la necesitamos. Ella nos ama y por eso intercede por nosotros ante Dios para que podamos encontrarnos con el Emanuel, Su Hijo. Ella no desea otra cosa que llevarnos a todos a Su Hijo, y así Ella es la Mediadora y Ella es nuestra Madre. Por lo tanto se deduce que siempre deberíamos tener esperanza porque tenemos una Madre en el Cielo que habla e intercede por nosotros.

PARA QUE VUESTRO CORAZÓN SE ABRA A DIOS Y AL AMOR DE DIOS

María ora por nosotros para que nuestros corazones se abran a Dios y a Su amor. Por ello, en este mensaje, Ella expresa su objetivo muy claramente. Sabemos por lo que Ella ora, se trata de lo mismo cuando Ella dice que debemos orar por aquellos que no han experimentado el amor de Dios. Cuando Ella dice que está orando para que nuestros corazones se abran a Dios y al amor de Dios, deberíamos preguntarnos ¿qué es lo que cierra nuestro corazón a Dios y a Su amor?. Es solamente nuestro orgullo, nuestro egoísmo, nuestros deseos de seguir nuestra propia voluntad y escucharnos a nosotros mismos solamente, todo esto nos aparta de Dios, de Su amor y de Su voluntad. Toda atadura, el volverse a este mundo en vez de hacia Él, nos aparta. El bien que tenemos también puede cerrar nuestro corazón a Dios porque de alguna manera hemos decidido que podemos estar solos y no necesitamos a Dios. Esta es la mayor de todas las tentaciones de las que el hombre puede caer como víctima. Cuando el hombre quiere independizarse de Dios, está firmando su propia declaración de muerte y la de su familia y la de otras personas. Dios se ha revelado como nuestro Padre, Su Hijo dice, "Yo soy el camino, la verdad y la vida", Él quiere servirnos y no existe ninguna razón por la que debamos cerrar nuestro corazón a Él o temerle. Cuando pecamos podemos volvernos a Él porque Él es misericordioso, pero los problemas y las dificultades también pueden cerrar nuestro corazón al juzgar o acusar a Dios por nuestra situación. Debemos esperar que justamente las dificultades y los problemas pueden acercarnos a Dios y a Su amor. Más aún, muchas personas han experimentado esto cuando se encontraron en un callejón sin salida, comenzaron a orar y a pensar, y al hacerlo, encontraron el camino hacia Dios. Debería ser una alegría para nosotros el saber que en todo momento que María está efectivamente orando por nosotros. Entonces, si hemos sido tocados por el amor que Dios nos tiene, sabemos que todo se volverá para el bien. Luego…

OREN SIN CESAR

En general, tenemos problemas con la oración, especialmente cuando escuchamos "oren sin cesar", porque, por ejemplo, no podemos orar el Rosario sin cesar, y no podemos estar en la Iglesia o en Adoración sin cesar. Para esas oraciones, debemos tomarnos un tiempo bien definido porque hemos sido creados así. Pero aún así la oración sin cesar es posible si nos damos cuenta que la oración es un encuentro. Podemos encontrarnos con Dios en todas partes porque Dios está en todas partes, si nuestro corazón está abierto a Dios y hemos sido tocados por Su amor, lo reconoceremos en nuestras vidas, en todo lo que hacemos, en todos los encuentros con los demás, en nuestro encuentro con la naturaleza. Como todos sabemos, Mateo, en el capítulo 25, nos cuenta que Jesús dice que en cada persona, especialmente en cada persona que sufre, encontramos a Jesús y cada encuentro con Jesús que se produce con amor a la persona es de hecho un encuentro con Jesús. María nos invita a orar…

HASTA QUE LA ORACIÓN LLEGUE A SER GOZO PARA USTEDES

Cuando llegamos a amar a Dios y llegamos a sentir el amor de Dios por nosotros, siempre tendremos el gozo, aún cuando suframos, porque encontramos a Dios en todo. No obstante, debemos enfatizar que debemos pedir esta gracia porque muchas personas y, penosamente, muchos Cristianos, nunca han tenido una buena relación con la oración. Inclusive, muchas personas que oran no experimentan el gozo en la oración, les resulta difícil y por eso no les gusta orar.

Ya se ha dado el primer paso, María está orando por cada uno de nosotros para que la oración se convierta en gozo. Si nos decidimos por la oración, no debemos prestar atención a nuestros sentimientos sino que debemos permanecer fieles a la oración. También está la oración formal como el Rosario, la Santa Misa, la Adoración, la Confesión, la lectura de la Sagrada Escritura. Cuando esto se convierte en gozo para nosotros, toda nuestra vida se volverá gozo, aún cuando suframos. Nosotros que tan a menudo estamos atormentados por problemas y preocupaciones podemos caer fácilmente en la tristeza, la preocupación constante y el sentimiento de inutilidad. Los Cristianos nunca deberíamos tener motivo para que esto ocurra, porque Dios está con nosotros, y uno en esos momentos de oración le puede pedir ayuda. Hay algo más que debemos remarcar, ESTE ES UN TIEMPO DE GRACIA y María nos invita a que APROVECHEMOS ESTE TIEMPO. Por ello, a partir de ahora y hasta la Pascua, deberíamos decidirnos por la oración, el ayuno y las obras buenas. Una vez que hayamos hecho esto y que el amor de Dios haya tocado nuestro corazón, nuevamente nos tocará el amor de Dios pero mucho más profundamente y Dios nos llevará por todo el camino. Esto significará una resurrección para nosotros y por ello ahora oramos…

Dios, Padre nuestro, te damos gracias por darnos a Tu Hijo por amor, y por no protegerlo de todos los sufrimientos para que Él sea nuestra salvación. Danos la gracia de reconocer Tu amor por nosotros en el sufrimiento de Tu Hijo, de abrir nuestros corazones a Ti y a Tu amor. Traemos ante Ti nuestros corazones y Te pedimos que nos liberes de todo aquello que no permite que Tu entres, para que en cada situación de nuestras vidas podamos permanecer abiertos a Ti y a Tu amor. Dios, Padre nuestro, danos la gracia de orar sin cesar, de reconocerte y encontrarte, a Ti, nuestro Padre, en cada criatura, en cada persona y en cada cosa que experimentamos en nuestras vidas. Te pedimos a Ti en nombre de nuestras familias, de todos los peregrinos y del mundo entero que durante este tiempo de gracia todos puedan sentir Tu amor y abran sus corazones a Ti y a Tu amor. Toca con Tu amor a las personas que aún viven sus vidas sin fe y toca a todos aquellos que aún se encuentran en pecado, porque sus corazones se vuelcan solamente a este mundo. De manera especial te pedimos en nombre de todas aquellas personas que han puesto a otras personas o al mundo material en primer lugar en sus vidas, para que queden liberados y puedan rezar y adorarte como único Dios verdadero. También Te pedimos en nombre de aquellos que se encuentran bajo la influencia del mal, para que, a través de Tu Hijo, Jesucristo, los liberes y para que ellos también puedan vivir la verdadera libertad y puedan encontrarte a Ti y a Tu amor. Dios, Padre nuestro, bendícenos, bendice a nuestras familias, a todos los peregrinos, a toda la Iglesia y a todo el mundo para que durante este Año del Jubileo podamos estar dispuestos a perdonarnos unos a otros, para que el perdón entre en la Iglesia y entre todas las demás Iglesias y Comunidades, y para que todos puedan encontrar unidad, para que todas las razas sean sanadas de los efectos de la guerra y así puedan vivir en paz. Todo ello te lo pedimos en nombre de Tu Hijo, Jesús, junto con María, nuestra Reina de la Paz. Que así sea, la paz esté con ustedes

Fra Slavko Barbaric
Medjugorje; Marzo 28, 00

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